Mi pronóstico: No es posible. Ahora te cuento mi opinión basada en esta nueva experiencia.
El destino Isla de Pascua y los viajeros somos 3, mi hija de casi 2 años, mi señora (que no le gusta la fotografía) y yo (el fotógrafo obsesivo), para evitar problemas acordamos extender el viaje un día más y así distribuir esas 24 horas adicionales para fotografiar de forma independiente. Sonaba bien hasta que una huelga de LATAM canceló nuestro vuelo de retorno y nos vimos obligados a regresar un día antes, volviendo el pronóstico en algo poco alentador. Nuestro primer viaje con un bebé y sin tiempo extra dedicado a la fotografía.
El equipo fotográfico que llevé lo puedes ver en la siguiente imagen:
Día uno: Llegamos a isla de pascua, dejo la mochila en la habitación y nos dedicamos a recorrer como lo haría cualquier familia no fotógrafa. Por la noche ya cansados por el viaje nos regresamos a la habitación donde aún con adrenalina decido tomar mi mochila, trípode y salir a fotografiar los moai y ahu que vi en la tarde, era muy cerca, en el mismo Hanga Roa. Me entretuve muy poco hasta que aparecieron las nubes y con ello una llovizna, cubrí el equipo para la lluvia y me apresuré en tomar la siguiente fotografía
A los 2 minutos el cielo estaba completamente cubierto ya no era posible obtener un fondo llamativo así que toca esperar que el viento se lleve las nubes, pasadas la medianoche comienza a disipar y me encuentro con otro fotógrafo, un portugués que vivía en Francia y juntos éramos las únicas personas que se encontraban en ese lugar, conversamos un rato, compartimos algunos datos y seguimos con nuestras fotografías. La siguiente fotografía es de mi autoría pero corresponde al encuadre donde primero estaba mi compañero fotográfico.
Algunas últimas fotografías y listo, hora de acostarse. Como dato de viaje estos ahu de Tahai reciben mucha contaminación lumínica a la que debes ajustarte y proporcionar tu propia luz para acentuar algunas zonas de las figuras en lugar de dejarlo todo a la suerte.
Día siguiente: nos dedicamos a recorrer la isla, nuevamente sin mi mochila aunque como es inevitable, buscando posibilidades. Consejo, fotografiar de noche la isla no es tan fácil como antaño, los parques cierran antes del anochecer y los moai quedan en ocasiones muy lejos del cierre perimetral y no están permitidos los drones. Fotografías en este día: 0
¡Nuevo día!. Entramos al volcán Rano Raraku, que solo puedes visitar una vez con tu pase de acceso, por lo tanto decido llevar mi equipo y mi trípode. A mediodía las posibilidades de luz no son las mejores para mi estilo fotográfico y decido utilizar una larga exposición diurna con tal de llevarme algún registro menos visto. No es una fotografía que me guste, eran solo las ganas de disparar mi cámara.
Después de la puesta de sol volvemos a Tahai para ver los moai donde me encuentro con el que resultaría ser un nuevo obstáculo fotográfico, mi hija imitando mis movimientos fotográficos y no había forma de quitarla de mi equipo.
Decido acostarme temprano pues nos dijeron que el amanecer en Tongariki es muy llamativo, por lo que decido estar 30 minutos antes de la salida del sol en un lugar lleno de turistas. La jornada comienza nublada y con llovizna, no parecía que fuera a obtener nada bueno, pero a medida que el sol empezaba a asomar y las nubes a disipar, el espectáculo de luces comenzó. Otros turistas comienza a cruzarse por delante de la cámara (sí, yo también iba de turista) y no logro encontrar una posición libre para tomar los primeros haces de luz, toca dedicarse a la familia.
Mi hija juega con la cámara hasta que el sol sigue subiendo y los turistas empiezan a retirarse. Tras ello observo que el sol comienza a formar líneas en el suelo así que decido jugar con las diagonales y obtener un sol estrellado sobre un moai, aplico lo que enseñó el maestro José Benito Ruiz en «Un año de fotografía» (cerrar mucho el diafragma y dejar que asome un 10% de sol) , disparé y la ejecución funciona a la primera, comienzo a probar el destello de sol que más me gusta y vario el encuadre, una vez obtenida la fotografía le pido a mi señora que se ubique en uno de los trazos de luz y luego realizo lo mismo con mi hija (como nunca había ocurrido, se quedó quieta por el tiempo que necesité para fotografiarla 2 veces), me sentí muy contento, la fotografía era lo que buscaba y para ser un viaje familiar, justificaba completamente haber llevado mi equipo fotográfico a la isla. 🙂 , pero no todo lo que brilla es oro… sigue leyendo…
Por la tarde comienzo a subir mis historias en Instagram @grupoimagno cuando ¡oh sorpresa, la captura indicaba jpg de baja calidad!, En ese momento no sabía si madrugar nuevamente para repetir el disparo porque nadie me aseguraba las mismas condiciones climatológicas. Por la tarde comienzo a transmitir un live directo de facebook (www.fb.com/grupoimagno) donde la batería no alcanzó a durar 5 minutos y tuve que cortar, parece que no era mi día. Luego toca actividades familiares y dormir nuevamente.
Penúltimo día en la isla, decido fotografiar el atardecer en Tahai, varios turistas corren al lugar para encontrar un buen sitio. En los días que estuve las nubes nunca dejaron de estar grises, el cielo podría variar el color, pero las nubes no coloreaban en ningún momento. Opté por variar a un resultado más pictórico, y aquí algunos resultados:
Si has llegado a esta parte de la lectura te preguntarás ¿Pura fotografía y de familiar nada? Cada vez que monto mi equipo me tardo unos 5 minutos en ubicar el trípode, portafiltros, viseras, filtros, encuadre, medición, etc…. Más todo el tiempo que se pasa volando mientras fotografiamos ¿Quién crees que se queda con el bebé? Sí, tu esposa, que al no gustarle la fotografía tarde o temprano terminará complicándose (y justificadamente) porque le cargas la mano dejándole a una niña menor de 2 años que insiste en ir correr hacia el sector más peligroso que pudiera encontrar.
El último día decido dejarlo 100% familia, el viaje era familiar no fotográfico y así dedicar tiempo a quien nos seguirá aunque dejemos de hacer fotografía.
Entre las dificultades que tuve se encuentran el sentimiento de culpa de dejar a la familia olvidada por ratos, especialmente en momentos de luz tan llamativos como las crepusculares. Con fotografía nocturna quizás cueste un poco menos pero viajar solo a un lugar de la isla donde no había contaminación lumínica pero tampoco señal de celular era riesgoso (no olvidemos que el viaje eran vacaciones familiares) y cualquier incidente como un pinchazo de neumático, o algo tan común en la isla como un caballo o una vaca que se crucen y pasamos rápidamente a un accidente serio donde no tenemos a nadie que nos socorra.
Recomendaciones para quien quiera realizar unas vacaciones fotográficas e intente llevar su cámara:
La conclusión no es tan categórica, pero siento que mi pronóstico se cumplió, un viaje familiar significa que la mayor proporción de tiempo se la lleva merecidamente la familia, y la fotografía más elaborada mejor tenerla bien planificada para optimizar tiempo. Todo lo anterior es válido si tu intención es… seguir casado 😉
Es importante que también sepas lo siguiente: