Tiempo atrás escuché a un fotógrafo afirmar “Los atardeceres son todos iguales”. Quedé perplejo, tengo la dicha de poder ver a diario atardeceres en el mar y siempre me han parecido muy distintos cada día. Las tonalidades, colores, nubosidad, etc. nos entregan un juego infinito de posibilidades no solo fotográficas, sino también de contemplación de la naturaleza y la vida.
La afirmación quedó dando vueltas en mi cabeza, y cada cierto tiempo me preguntaba si acaso yo era el único que pensaba lo contrario. Presté atención a muchas fotografías de atardeceres y a pesar que podía encontrarme con errores típicos (como negros empastados en primer plano, contrastes mal manejados, flares poco estéticos, etc) seguían siendo fotos muy diferentes. No solo por el lugar donde habían sido tomados, sino también porque cada fotografía representa lo que el autor, con mayor o menor acierto, intenta registrar y comunicar. La foto podía gustar o no, pero lo seguro era que no se parecían en lo más mínimo.
Consulté a otras personas y llegué a la conclusión que el problema no era la naturaleza que nos entregue día a día atardeceres iguales, el problema es la creatividad del fotógrafo. Un problema recurrente de fácil solución pero una solución poco aplicada. El problema de capturar fotos iguales radica en la comodidad de nuestro cerebro por repetir prácticas, por establecer una rutina y cuando ello se debe a algún resultado satisfactorio ya tenemos nuestro caballito de batalla.
Es cierto que los atardeceres son muy efectivos para conseguir likes, pero likes de personas con poca o nula formación, quienes con ver una foto colorida se dan por satisfechos omitiendo cualquier fallo evidente de ejecución. Eso ocurrirá siempre y no solo con fotografías de atardeceres, por lo que debemos aplicar el mismo criterio: Considerar el feedback fotográfico con argumentos y dimensionarlas en ese sentido.
Como ejercicio contra el bloqueo mental que podría llevarnos a sacar la misma fotografía cada vez, el procedimiento es sencillo, y las posibilidades enormes aun asistiendo siempre al mismo punto geográfico.
¿Cuántas focales he utilizado?
¿Cuántos atardeceres completamente nublados he capturado?
¿Cuántos atardeceres en días despejados o días con pocas nubes he capturado?
¿He cambiado la ubicación de los elementos para obtener otra composición?
¿He cambiado la temperatura de color en mi cámara?
¿Tengo fotos verticales y horizontales?
¿He puesto algún sujeto en la distancia mínima de enfoque de mi objetivo?
Estas 7 preguntas se me han ocurrido en menos de 1 minuto. Seguramente dependiendo del lugar podrían ser muchas más.
Las 4 fotografías de este artículo correspondientes al mismo lugar geográfico, el mismo día y los colores son muy distintos en cada captura.
Enlaces de interés: