Sin duda alguna, el flash es otro buen aliado en la mochila de cualquier aficionado o profesional que realiza fotografía nocturna.
Realmente no necesitamos ni un flash muy caro, ni un flash muy potente ni uno dedicado especialmente a esta disciplina.
Yo uso un Yongnuo YN560 III que se alimenta de 4 pilas AA y que funciona perfectamente.
Es interesante que el flash que vayamos a usar disponga de regulación manual de la potencia. Ésta se expresa en fracciones de la unidad siendo 1/1 su máxima potencia, 1/2 la mitad, 1/4 un cuarto de la máxima y así sucesivamente.
Debemos considerar que a 1/1 el tiempo de recarga será mayor por lo que debemos conocer nuestro flash convenientemente para saber cuanto tiempo tendremos para iluminar.
Yo recomiendo el uso de esta herramienta por ejemplo para interiores de localizaciones donde la luz vaya a ser uniforme.
Sirva este ejemplo de flash filtrado con gel amarillo para iluminar el interior de una antigua estación.
Así mismo es interesante que el flash nos permita regular el ángulo de apertura, es decir, tenga zoom. De esta forma podremos dirigir la luz hacia un punto más lejano sin que se iluminen los laterales o podremos disponer de una luz que abarque más.
La práctica de esta técnica es en ocasiones un poco compleja, pero se llega a dominar bien con cierta facilidad.
Para el uso de un flash es indispensable conocer bien las propiedades de la luz como son el dirección, el color, la calidad e intensidad junto a la ley del inverso cuadrado.