Este año he terminado de leer mi cuarto libro de fotografía, hablamos de libros cuyos autores son reconocidos y algunos ganadores de concursos con máximo reconocimiento a nivel mundial. Mientras avanzaba cada hoja, observaba fotografías que en grupos de facebook hubiesen tenido máximo 2 likes. ¿Cómo es posible? ¿Acaso esos autores no realizan fotos que le gusten a la gente?
Muchos buscamos (o buscábamos) aprender fotografía, conocer a otros fotógrafos y encontrar la forma de capturar «mejores» fotografías.
En realidad nos entrega mucho «vouyerista» de imágenes, y muy poco fotógrafo. Fotografías de las vacaciones, de amigos de la administración, de familiares. Si queremos obtener likes cualquier cosa vale, y de eso hemos visto mucho: suplantación de autores, manipulación de fotografía sobre la que no tenemos derechos, mujeres en ropas diminutas, y fotografiar el monumento icono de la ciudad son prácticas muy efectivas.
Otra alternativa es publicar nuestras fotografías en grupos de gente que no tienen ni la menor idea de fotografía, en éstos recibiremos muchos likes. Debemos asegurarnos que el grupo tenga varios miles de personas, por un tema probabilística tendremos cientos o miles de likes asegurados.
La fotografía comenzó con sentido de registro, y eso no se ha perdido hasta hoy, pero el arte fotográfico va mucho más allá de simplemente dar un click o dar con los parámetros de exposición correctos.
Secuencias fotográficas para contar una historia y composición de escenas no son fáciles de lograr, requiere esperar el momento, sea a campo abierto o dentro de un reducido salón abarrotado de gente. El sentido fotográfico lo dan los libros, el estudio de fotografía clásica y los grandes autores. Aquí es donde manipular fotografías en el computador no puede llegar. La primera fotografía de esta columna es ganadora del WildLife Photographer of the year. ¿Cuántos likes crees que tendría en tu grupo fotográfico?. O esta de Tino Soriano, publicada por National Geographic. Cuando el jurado lo componen fotógrafos reconocidos la cosa cambia, son ellos quienes saben la dificultad de una fotografía y el sentido que se le da al momento adecuado.
Sacarle fotos a vagabundos en la calle no nos vuelve artistas, fotos de abuelitos tampoco y fotografiar a la amiga en calzones no es fotografía boudoir. El sentido real de la fotografía va más por transmitir, sea éste artístico o de registro. Fotos casuales es simplemente darle click.
Afortunadamente los likes no nos vuelven mejor/peor fotógrafo como un principiante podría pensar, y si observamos hoy nuestras fotografías y no cumplen nuestro propósito o ni siquiera nos gustan, estamos a tiempo de aprender. Es el primer paso para la mejora. Cuántos casos tenemos de fotógrafos que han sido originalmente rechazados y posteriormente recibidos con honores en otros sitios e incluso en el mismo, como sucedió a Tino Soriano, a quien National Geographic le solicitó dejar de enviar sus fotografías porque no eran lo que buscaban hasta años más tarde reconocer su error y hacerlo formar parte de sus fotógrafos más reconocidos a nivel mundial. Quizás si hubiese buscado refugio en el calor de los likes de la red social de moda, hoy estaría congelado en sus fotografías y no se hubiese convertido en el fotógrafo que es hoy.
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